lunes, 16 de julio de 2007

Un dolor esdrújulo

Ya que este blog lo leen personas si no piadosas por lo menos de buena voluntad, se me ha ocurrido avisarles acerca de una dolencia que desde hace mucho tiempo ha estado atacando a la gente que precisamente dice vivir junto a Dios. El problema es que muchos la sufren pero no le dan importancia, pero a la larga hace de nuestra existencia creyente algo muy insípido e incoloro.
Según el reporte de dos terapeutas reconocidos se trata de una dolencia peculiar que ataca el organismo espiritual, se manifiesta por medio de un dolor que no es grave pero que tampoco es agudo, siendo así se trata de un dolor... esdrújulo.
Ya que no es dolor grave, puede uno vivir con él, convivir con ese dolor y hasta acostumbrarse a que le duela, total, si no es grave... Pero tampoco es agudo, porque aparentemente no fastidia mucho, no inca tanto, no es un retortijón, no es una punzada que nos bloquea, no, no es agudo.
La enfermedad del dolor esdrújulo ataca a quienes afirman practicar la fe pero de memoria, de oídas, siguiendo simples tradiciones pero sin poner el corazón en cada cosa, ataca de preferencia a los que se contentan con vivir una religión de fachadas piadosas. Se ha informado que últimamente estaría atacando a quienes dan charlas sobre los sacramentos pero sin vivirlos, también nos informan que ataca a algunos (mejor dicho, varios) predicadores que hablan sin convicción y a no pocos creyentes y voluntarios superparroquiales que hacen de todo en la parroquia pero que no tienen oración ni se confiesan ni comulgan pudiendo hacerlo. Parece ser que ha atacado a muchos catequistas que dan sus charlas y clases y que no tienen a Jesús como alegría en el corazón. Precisamente ese es uno de los síntomas: se vive la fe sin alegría, sin ilusión, sin asombro, sin entusiasmo, simplemente se subsiste en la fe, se saben los contenidos pero esos contenidos no bajan al afecto y la emoción por darse una obstrucción a la altura del corazón, la cual provoca el dolor esdrújulo.
Aun no se ha descubierto una medicina adecuada para curar este dolor esdrújulo, la única salvación es un fuerte golpe de gracia, de este modo el dolor esdrújulo se tendrá que volver agudo y se pedirá sin chistar el auxilio necesario de Dios para la total curación.
Hay algunos que afirman que este dolor es primo hermano de la tibieza moral y espiritual, otros dicen que es lo mismo que la mediocridad en vida espiritual, lo cierto es que los que sufren este dolor a veces ni se dan cuenta, total, como no es grave ni es agudo...
El dolor esdrújulo produce cristianos superficiales, que así como están con Dios también están dispuestos a estar con el enemigo, produce cristianos cuyas actitudes en nada se diferencian de la de los mundanos o increyentes (Dios y mundo no pueden estar juntos, de hecho). Lo triste del dolor esdrújulo es que nos quita el empuje de la fe, la alegría de seguir a Jesucristo, el entusiasmo por su Reino, nos acostumbra a las cosas de Dios, nos quita ese encanto de la fe recién descubierta, nos corta la esperanza de ver su Rostro algún día, nos inyecta tristeza y pesadumbre en las venas.
¿Qué hacer? Pienso que el dolor esdrújulo se puede combatir si nos confrontamos cada día con el Evangelio y con Jesús silencioso presente en el sagrario, Evangelio y sagrario son los antídotos que debemos usar y la terapia inmediata es la caridad efectiva y alegre, aunque no haya ganas.
¿Tienen alguna otra información y/o alcance sobre esta enfermedad?
Avísennos pronto por este medio
Hasta la próxima.

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