jueves, 25 de agosto de 2011

Una palabra fuerte en medio de ideas débiles

Gracia y paz para todos Ustedes.
Dicen que ahora estamos en un mundo “global” o mejor, “globalizado”. Y al parecer lo propio del mundo así llamado es la firme creencia de que hoy por hoy no hay verdades absolutas ni principios válidos para todos. Fácilmente podemos saber qué es lo que pasa al otro lado del mundo, fácilmente podemos conocer como viven otros seres humanos muy lejos de nuestra patria, vemos sus pecados convertidos en estilo de vida y terminamos pensando que eso es lo que se llama “vida moderna”. En un mundo así, en el que no existen sino opiniones, posturas y puntos de vista, la fe es relegada a las sacristías de las iglesias antiguas, el Evangelio, Palabra fuerte, es silenciado piadosamente.
Hoy nos resulta molesta una palabra fuerte, una palabra decidida, porque detrás de ella va la fuerza de una única verdad. El Evangelio es una palabra fuerte, pero sucede que hemos bajado el volumen de las palabras de Jesús... es que resultan exageradas en un mundo donde por lo general circulan ideas débiles y poco profundas.
Jesucristo necesita gente que quiera decir una palabra fuerte, con la única fuerza de la verdad, con la fuerza que viene de Dios y somos los seguidores de Jesucristo los llamados a pronunciarla sin miramientos ni falsas prudencias.
¿Qué pasaría si más cristianos y católicos se decidieran a tener una palabra fuerte no sólo para sus intereses sino para defender el interés de Dios?
¿Qué pasaría si hubiera un nutrido número de cristianos y católicos que se pusiera firme e hiciera que se cerraran los diarios “chicha”?
¿Qué pasaría si hubiera un buen grupo de seguidores de Cristo que se pusiera fuerte e hiciera que se cerraran muchos hostales que no son otra cosa que solapados prostíbulos donde sus hijos e hijas pierden la pureza de sus almas y se internan en la espiral del pecado, quizá para siempre?
¿Qué pasaría si hubiera un grupo nutrido y fuerte de cristianos y católicos que se pusieran firmes e hicieran que dejen de salir ciertos programas de mala calaña que pueblan la televisión nacional?
¿Qué pasaría si los vecinos del barrio, verdaderamente cristianos, se pusieran fuertes y botaran a los traficantes de drogas que invaden algunas de nuestras calles?
¿Qué pasaría si nuestros católicos y cristianos por una vez siquiera dejaran su habitual mutismo ante tanta barbarie que nos invade?
¿Qué pasaría si aprendiéramos a protestar ante la quiebra de la fe y los valores de nuestro pueblo?
¿Qué pasaría si el Evangelio volviera a ser grito a todo pulmón? ¿Quién nos metió en la cabeza de que la resignación y la pasividad eran virtudes cristianas y católicas?
¿Qué pasaría si nuestros cristianos se uniesen para luchar por causas que verdaderamente valen?
¿Qué habría pasado si los cristianos y católicos se hubieran levantado para decir no cuando les prometían y les daban “desarrollo y progreso” al costo y sacrificio de los valores espirituales y morales que siempre caracterizaron al Perú ayer y siempre?
Seguramente si todo esto hubiera pasado, si los cristianos hubieran hablado, no tendríamos hoy que lamentar tanta debacle moral que cundió en los últimos años de la historia sufrida de nuestro Perú. (debacle moral que aún no superamos)
¡Qué callado tenemos a Jesucristo!
¡Qué callados estamos los seguidores de Jesucristo!

Señor, despiértanos y danos un poco de tu valor, un poco de tu fortaleza, un poco de tu audacia y de tu valentía. Perdónanos por haber convertido tus palabras en un cuentito insignificante y puramente piadoso. Ayúdanos al levarte en la vida y permítenos pasearte con orgullo... porque eres lo mejor que nos ha podido pasar en nuestra vida. Amén.

Hasta la próxima.

No hay comentarios.: