miércoles, 4 de febrero de 2009

Amar para crear libertad

Por razones de mi propia vida, he ido aprendiendo una dura lección: Que amar es crear libertad. Demasiadas veces he visto personas que dicen amar a otras y -en razón de ello- terminan quitándoles toda libertad, las asfixian, las ahogan, las subyugan, las atenazan, se las apropian y hasta las matan, no sólo metafóricamente.
Y si no llegan a eso, terminan haciendo de ellas su propio fiel reflejo y van desechando como por sistema a todas las que no coinciden con su visión de las cosas. ¿Serán esos los amores que matan?
Es un bicho muy agresivo el egoísmo. El egoísta no resiste las diferencias.
Me voy convenciendo cada vez más de que el amor verdadero crea libertad y es muy respetuoso de ésta. Por ello amar de verdad es una escuela para la libertad, no una libertad según la carne sino según el Espíritu de Dios.
Caso uno: Es una mamá muy querendona de sus hijos, los ama, les ha dado de todo para surgir en la vida y cuando ellos tienen que decidir sobre su futuro pues no llegan a decidir nada porque ella, mamá previsora, ya planeó el futuro de cada hijo hasta en los detalles, no los dejará decidir en libertad (¡Cuántas vocaciones han encontrado su muerte en esas posesividades familiares!).
Caso dos: Él es un papá muy bueno, recto, sin embargo quiere más a uno de sus hijos y a otro definitivamente no lo quiere, lo soporta, ¿por qué? Porque este último hijo cometió el "gran pecado" de no pensar igual que su padre sino que eligió pensar por su propia cabeza. El resultado: el hijo que piensa no es querido por su padre por el hecho de que piensa distinto a él.
Caso tres: Es la dependencia de una empresa. El jefe es bastante exigente con todos los empleados pero se ha buscado "los suyos" en contra de "los que no son suyos". Los primeros sólo piensan, hablan y hacen lo que el jefe les dice, "plenamente dóciles", "buenos muchachos", "excelentes empleados". Los segundos no tienen afán de contraponerse al jefe, simplemente son sinceros y quieren aportar una diferencia saludable, sin embargo son mal vistos, hostilizados, excluídos de las "preferencias" de su jefe.
Amores que matan.
Muchas veces llamamos amor a lo que en verdad podría ser deseo de apropiación, ansia de poder y dominio sobre los demás. Y, lamentablemente, siempre existirán personas dispuestas a dejarse poseer de distintas maneras: Para ganar un sueldo apreciable, para mantener su empleo, para tener una seguridad personal, para escalar un puesto, para ganar también ellos poder sobre otros, para recibir algún beneficio material futuro, etc. Y los que atenazan contemplarán satisfechos la "docilidad", la "disponibilidad", la "obediencia" de sus poseídos, serán éstos sus "cachorros", sus "preferidos", sus "incondicionales".
¡Cuánta honradez de alma es necesaria para vivir y trabajar con los demás!
¡Cuánto desprendimiento de uno mismo es necesario para dirigir a otros, para ser "superior" de otros!
Amar será al final darlo todo por los demás sin esperar que piensen igual que yo, sin esperar que me retribuyan del mismo modo, sin esperar que terminen a mi servicio, sin esperar necesariamente una compensación a mis desvelos.
¡Cuánto cuesta darlo todo sin esperar, realmente, nada a cambio!
¡Cuánto deseo desmedido de apropiación subyace en nuestros modos de amar!
Amar es crear libertad. Y esto querrá decir: Dejar que aquellos a quienes amamos sean mejores; sean mayores que nosotros; que busquen sus destinos por sí mismos; que exploren sus caminos por sus propios pies; permitirles al final que tengan una óptica distinta de la vida y no por eso dejarles de querer; renunciar a chantajear sentimental o emocionalmente a nadie para no terminar como falsas víctimas teniendo a todos a nuestros pies.
¡Cuánta honradez necesitamos para amar!
Se ama con la verdad del corazón. "Quiero ser bueno y punto, no te sientas deudor de mi bondad"
Si no existe esa verdad básica no se podrá crear libertad. Porque sólo la verdad nos hará libres, interiormente libres, inobjetablemente libres.
Gracias San Pablo por recordarnos que "Para ser libres nos liberó Cristo".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Padre gracias por sus palabras era la respuesta que Jesús me ha enviado a través suyo, cuanta verdad encierran sus palabras y cuando nos vemos reflejadas en ellas con toda nuestra misera forma de amar duele mucho, pero a la vez reconforta cuando se tiene la valentia de reconocer nuestros errores y las ganas de rectificar el camino con la oración y la ayuda del Señor.
Que el Señor lo ilumine, lo cuide y lo bendiga siempre.GRACIAS
LG