martes, 22 de enero de 2008

Cuando no hay más razón que la sinrazón

Siempre he temido a las personas que confunden la Verdad con sus personales caprichos, me parecen seres muy peligrosos. En lo personal, trato cada día de decirle al Señor que me haga ver lo que tengo que ver y que no permita que me cierre en mis ideas o posturas personales, que se sirva extirpar de mí lo que a él no le agrada, aunque a mí me duela. Es un camino de desprendimiento constante, de purificación, pero también un camino nuevo cada día, propio de un nómada en el espíritu.
Y en estos días me ha sorprendido, seguramente a muchos de Ustedes también, la noticia de que en una universidad romana profesores y alumnos se han "levantado" en protesta ante la inminente visita del Papa Benedicto XVI a sus claustros. Han dicho que no le aceptarían porque, según ellos, el Pontífice representa el oscurantismo eclesial y la mentalidad retrógrada católica. Son las razones de la sinrazón.
Yo me pregunto: ¿Cómo podrá ser coherente una pretendida mentalidad abierta y pluralista cuando se muestra públicamente intolerante y cerrada en sus "razones"? Aquellos profesores y alumnos han demostrado con hechos que su postura "librepensadora" carece de verdad y coherencia interna. Si de verdad fueran libre-pensadores no tendrían reparo en escuchar las posturas ajenas y evaluarían sus posibilidades de verdad. Pero no lo han hecho y, al parecer, les falta esa elemental honradez intelectual. Cuando no hay más razones que la sinrazón se suelen tomar posturas estúpidas y cerradas y los que defendían la "libertad" de pensamiento acaban siendo los dictadores de turno, intolerantes como ninguno: Hitler, Mussolini, Castro, Chávez, Fujimori y Evo son sólo niños de pecho frente a ellos, que son intocables.
Decía al inicio que me resultan temibles las personas que confunden fácilmente la Verdad con sus caprichos personales, las que no pueden diferenciar una cosa de la otra. Cuánta falta nos hace una elemental honradez, una real apertura de mente y de corazón para abrirnos a La Verdad. Muchos humanos no tenemos esa agalla, preferimos no buscar ni preguntarnos: pensamos en grupo, decidimos en grupo, opinamos en grupo, votamos en grupo... no interesa si lo que pensamos o hacemos coincide con La Verdad, la cosa es defender una postura y punto.
Jesucristo nos invita a preguntarnos en libertad, sin temor a nada. Quien es honrado, quien demuestra que no tiene nada que perder porque no tiene nada propio que defender, quien está de verdad abierto a La Verdad vive feliz, vive libre de sí mismo.
Y, volviendo al caso de aquella protesta en esa universidad romana, me alegra saber que el domingo último más de 200 mil personas acudieron a la Plaza San Pedro para manifestar su solidaridad con el Santo Padre. ¡Qué bueno que así sea!
Ciertamente eso no es noticia para muchos medios de comunicación, pero es la demostración inobjetable de que los honrados, aunque no salgan en los medios ni se les considere en las estadísticas están bien presentes y saben reunirse y testimoniar su amor por La Verdad.
¡Alabado sea Jesucristo!

2 comentarios:

Unknown dijo...

Carissimo P. Istrael,
complimenti per la bella iniziativa! Ti seguirò sul blog e lo segnalerò sul sito di Pastorale Giovanile OSJ.
Fr. Nico, osj

Anónimo dijo...

Hace unos dìas veìa el programa del Dr. Marco Aurelio Denegri,que dicho sea de paso veo, sòlo porque sus opiniones , aunque sean, en algunos casos, divergentes de las mìas, estàn bien expresadas y uno aprende a hablar mejor. En aquella oportunidad se vanagloriaba de pertenecer al 10% de la población mundial que pensaba científicamente y que por lo tanto consideraba absurda la teoría de la creación. Quizá no se percata que buena parte de ese 10% nos està conduciendo a una muerte cruel en una Tierra devastada y también a una muerte espititual en una sociedad infraterna y sin esperanza.